sábado, 14 de marzo de 2009

Teatro Naturalista

Llegó a los escenarios cuando ya la novela naturalista había iniciado su decadencia. No conformes con la minuciosa reproducción de costumbres, algunos dramaturgos intentaron ahondar en la psicología y en las circunstancias e los personajes, para explicar su comportamiento. Los más notables fueron los escandinavos Ibsen y Strindberg, precursores, especialmente el primero, del teatro de nuestro siglo.

El tema preferido del noruego Ibsen es el derecho del individuo a su plena realización, frente a las conversaciones sociales y morales que coartan su sinceridad, libertad y autenticidad. Su teatro, en el que apenas ha acción externa, se desarrolla en profundidad los conflictos anímicos de los personajes. En Casa de Muñecas, una mujer acaba abandonando a su marido y a sus hijos, porque se siente tratada como una “muñeca”.
El teatro del sueco Strindberg se polariza en torno a dos ejes temáticos: la rebelión contra las instituciones y la proyección de su universo interior. Su obra más famosa, La señorita Julia, plantea el conflicto amoroso entre un criado ambicioso y una joven de una familia acomodada, que termina suicidándose.

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