jueves, 22 de enero de 2009

El Tintero 22 de Enero

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miércoles, 21 de enero de 2009

Soplos de Locura


Mamen Somar

Desde pequeña encontraba un placer extraño en levantarse cuando todos aún dormían, para sentarse en la parte más alta del sofá y fantasear en penumbra, para inventarse un mundo que los demás no veían; repleto de personajes con alas, alas que siempre anheló para ella. A veces se aproximaba a la vidriera del ático, tanto, que su nariz se doblaba hacia un lado y apenas podía respirar. Alguna vez trepó al tejado sin que nadie lo supiera. Las tejas estaban tan frías, el viento era tan suave en primavera y, el cielo se veía tan cerca…
-Qué rarita es tu hija- juzgaba la mamá de Ángela a la hora de zurcir los calcetines, allí, recostada en el sofá con las gafas de cerca pendidas de la punta de la nariz. La nariz de la mamá de Ángela nunca se dobló hacía un lado por el contacto de alguna vidriera; si que lo hizo por algún escaparate en rebajas Su padre sonreía levemente observando desde el marco de la puerta, como Ángela simulaba ser una avioneta con los brazos alzados en cruz y corriendo por todo el jardín mientras sus mofletes temblaban por el ruido de un motor que despedía saliva por todas partes.
Ángela nunca jugó con muñecas, nunca dibujó casitas con chimeneas que echaban humo, ni monigotes con forma de papá o de mamá, Ángela diseñaba alas, aviones, mariposas y cuando llegaba navidad, algún querubín sobrevolando un portal de Belén completamente vacío.
-Qué extravagante es esta niña- señalaba la profesora de segundo en las reuniones de profesores, entre el café de recreo y las pastas de té.
Ángela no tuvo una adolescencia sencilla, siempre en la Babia, bajo la soledad de los manuales de altos vuelos, el acné y las risas de otros que no comprendían su obsesión por estar pendida en el aire. Con diecinueve años, seguía columpiándose de la rueda que colgaba de la gran rama del árbol que había en la parte trasera de su casa. Hasta que un día la rama se partió.

Coleccionó todo aquello que pudiera distanciarse del suelo, que planeara contra corriente; hasta creó un museo donde mostrar todo su arsenal de objetos voladores; incluyo también una sala donde revoloteaban diferentes clases de mariposas, escarabajos, polillas, libélulas… Nunca persiguió en su ansia coleccionista, privar a un pájaro de su libertad; el vuelo de las aves era para ella un muestrario sacro, tan solo con mirar a lo alto. Aprendió a pilotar aviones, aeroplanos; hizo parapente, ala delta, paracaidismo, puenting… pero aún así ella no acertaba la forma de experimentar la acrobacia que tanto ansiaba.
Ya en su madurez, cercana a la ancianidad concluyó su obra con un grabado enorme que situó en la entrada de la gran exposición.

He pasado la existencia buscando la manera de elevarme, en la disciplina de asir mis pies al viento y hoy me descubro más pedestre que nunca. Hasta las aves más exuberantes aprenden a posarse en tierra, cualquier insecto sabe descender a suelo llano. Para vivir con toda la esencia hay que mantenerse en equilibrio; un pie posado en la tierra y el otro suspendido en el aire. Dios siempre jugando a serlo, no nos dio alas pero nos proveyó de dos piernas para eso ¡Para qué sino!
Días después batió alas en retirada.

lunes, 19 de enero de 2009

Teatro Latino en el Tintero

Entre los etruscos debió de existir un teatro popular, improvisado, que quizás no llegara ni a escribirse. Los dramaturgos cultos, tomaron de los griegos los argumentos, la estructura y los personajes de sus obras, aunque las “latinizaban” introduciendo variantes, tipos y asuntos romanos. Los dramaturgos latinos más celebrados, Plauto y Terencio, vivieron en los siglos III-II a.C., y escribieron comedias.

Plauto escribió para divertir al pueblo. De ahí la rapidez que imprime la acción, su búsqueda a toda costa de la comicidad y su gusto por la caricatura, más que por los análisis psicológicos. Trabaja con personajes tipo, que repite constantemente y utiliza una lengua de gran riqueza y colorido con la que os trasmite, sin caer en la vulgaridad las ideas y el habla del pueblo llano. Las comedias más famosas de Plauto son: La olla, Anfitrión y El soldado fanfarrón.

Los asuntos de las comedias de Terencio son parecidos a los de Plauto pero él aspiraba a agradar a la gente culta, no al pueblo, por ello, en sus comedias hay más reflexión, más refinamiento en el lenguaje, mayor carga moralizadora y una más precisa caracterización psicológica e los personajes, aunque menos comicidad que en las de Plauto. Escribió: La suegra, Los Adelfas y El torturador de sí mismo.

El Tintero 22 de Enero

- Teatro: el teatro latino

- Comentarista de la casa de las conchas Javier Sánchez

- Imanol Miranda y su habitación de los libros perdidos con la Vuelta al mundo en 80 dias

- Mamen Somar

- Entrevista a Pérez Bowie

- Microrrelato con Esther Patrocinio

Texto: Hacia la boda

“Hacia la boda”

Texto de José Luis Carabias

John Berger

John Berger (Londres, 1926) para mi desconocido hasta este libro, lo describen como autor inconformista y comprometido, un mundo de ternura y lucidez. Es una de las voces más lúcidas, incisivas e inconformistas del panorama intelectual europeo. Desde su exilio voluntario en un pequeño pueblo de la alta Saboya arremete una y otra vez contra las conciencias satisfechas y las tendencias acomodaticias de sus conciudadanos. Además de escritor en múltiples facetas es crítico de arte, guionista de cine y televisión.


John Berger nos propone una novela en la que el relato se convierte en un vaivén en el tiempo y en los espacios. Cuestión ésta que en un principio requiere cierto esfuerzo. Esfuerzo que se verá recompensado a lo largo de la lectura, pues todo va cobrando sentido a medida que avanzamos. Un sentido profundo.

Nos relata la historia de una viaje hacia una boda, mejor dicho de dos viajes: uno el la madre y otro el padre hacia la boda de su hija.
Dos viajes bien distintos y así nos lo transmite. Impregna el relato de cada uno de estos viajes con situaciones, sensaciones y lugares bien conocidos por el autor.

La madre viaja desde Eslovaquia y en el refleja estupendamente las características de ese norte, un país frío, gris, con la marca de la dictadura comunista. Nos transmite un viaje simple en el que la madre establece escasas relaciones, aunque comprometidas. Desde Eslovaquia hasta Venecia en un frío autobús y desde Venecia hasta el estuario del Po en barco y en soledad, una soledad triste.

Por otra parte, y en contraste, el padre hace su viaje en moto y por el sur transmitiéndonos libertad con unas descripciones veraces de las sensaciones encima de una moto, ruidos, inclinaciones, el viento, la temperatura, los olores.

Es un viaje, éste, rico en sensaciones pero también en relaciones nos presenta un muestrario coral de personajes actuales y variados con situaciones bien distintas que enriquecen el relato.

Podemos decir que hace una exposición de espacios bien diferenciados.

El amor impregna todo el relato. Presentándonos de manera inteligente distintos tipos de amor o relaciones.
El amor de los padres hacia la hija, descrito en algún pasaje de manera conmovedoramente tierna e intensa.
El amor de los padres que en un determinado momento anteponen el compromiso social a su relación de pareja.
El amor de la joven pareja dispuesta al matrimonio, un amor intenso e incondicional.

Pero todo el relato está teñido de sufrimiento sutil y a la vez intenso. Un sufrimiento generado por la enfermedad de la hija, Ninon. Nos relata como de una relación casual e inconsciente queda contagiada por el SIDA. Como escritor comprometido John Berger expone una dura realidad que exenta de sentimentalismo nos plantea de manera rotunda como quiebra la joven e ilusionada vida de Ninon y el sufrimiento que genera a su alrededor.
Como podemos comprender ambos viajes tienen un tinte amargo.
El final del viaje es la celebración de la boda. En una Italia soleada, campestre. Nos hace un relato bullicioso, sensual, familiar, sureño.
Pero una boda que solo transcurre en la imaginación pues no llega a suceder. El autor juega así con el lector entre la realidad y los sueños. Planteando, así lo entiendo yo, los proyectos truncados en la vida de la joven.

En algunos momentos aparece como narrador un ciego Griego. Personaje que nos sitúa a nosotros lectores como ciegos a los que el autor guía, como lazarillo, a lo largo de la historia. Aunque también pudiera ser una evocación clásica al ciego Tiresias.
Cabe reseñar que el simbolismo está presente en toda la novela de esta manera te hace ir un poco más allá del relato y buscar tus propia interpretaciones.

La novela nos atrapa y nos emociona. Su historia de amor, su tragedia, el viaje, las múltiples historias. Acabando la lectura con la sensación de haber leído una gran novela.

Delicioso puñado de nieve en los labios
De quienes se afanan en el calor del verano.
Deliciosos los vientos primaverales
Para los marineros que desean zarpar.
Y más deliciosa aún la sábana sola
Que cubre a los amantes